Se acaba el mes. Quedan veinte días. Menos de tres semanas. En menos de tres semanas estrenamos. ¡En menos de tres semanas estrenamos! Diossanto... me va a dar un ataque.
Ayer ensayamos en el teatro, otra vez. La sensación de estar ahí, trepada en las tablas, pisando la madera, con ciento treinta asientos sonrojados y vacíos viéndome la jeta... es indescriptible. Creo que siempre quise ser actriz. Soy actriz.
Y, bueno, retomando la idea... Ayer limpiamos tres escenas del segundo acto. En una de ellas, me atoré. Pluc. Ni para atrás ni para adelante. Me sentía gritada, exagerada, haciendo cosas sin ton ni son... Y entonces le pedí auxilio a Singer, y me ayudó. Todo estaba en el punto de partida. Con unas ligeras modificaciones en la escena anterior, pude llegar mucho más segura al momento difícil. Reto superado.
Singer me preguntó que cómo va a ser mi vestuario. Casi me voy de espaldas. Llevo más de tres meses llevando una propuesta de vestuario, y nunca me había dicho que quería otra cosa. Ahora tengo que apurarme para conseguir algo nuevo, más o menos por el estilo, pero diferente. Tengo que acostumbrarme a mi ropa de Diana.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario